lunes, 10 de febrero de 2014

Casado con el presente.

Fantasmas del pasado que vuelven y van dispuestos a joderme, don nadies fracasados casados con el insulto, personas e insectos que te interrumpen el goce y disfrute del presente, de esos que te hacen huir eternamente. Personas que como fantasmas carentes de vida no tienen otra que condenar la propia.

Hablan y dicen tan poca cosa que llegan al punto de cansar, nada más duro que ver como avanzas y como otros se quedan atrás y no puedes hacer nada para evitarlo. Gente que anhelas y que no consigue seguirte en el sendero de la vida, personas que tratan con mentiras alcanzarte y se ahogan en ellas mismas.

Hay tan poco valor en la evolución, tengo tan poca fe en la humanidad que lo unico que le pido a la naturaleza es la extinción completa de esta aborrecible raza. Un nuevo mundo, es lo que realmente necesita la vida, un mundo donde no de cabida a la gente innoble, donde aquellos que sobrevivimos en la jungla  velando hasta por los insectos que pisamos, aquellos que aprendemos de ella los verdaderos valores de la vida, seamos bien reconocidos a nivel global.

Un mundo imposible e inalcanzable por el pasado. Hay formas y formas de evolucionar o madurar, unos van a pasitos cortos y ansían darlos grandes, en cambio lo hay que avanzan a pasos agigantados que consideran sobremanera la rapidez de los acontecimientos que viven. Lo más importante es madurar, no importa como. Todo bien o mal tiene un porqué y no importa cuantas veces te lo preguntas, siempre viviremos con la incertidumbre de saberlo.

No me cansaré nunca de decir que me estoy equivocando en todo cuanto digo, ahora soy consciente que soy un cambio constante, mis ideas de ayer no son las mismas de hoy, cada minuto es una experiencia nueva. Me apena decir que quizás mis amigos de hoy no sigan estando mañana, pero no se como evolucionan los demás, son cambios ajenos a nosotros, debemos adaptarnos a esta basura de sociedad en la que vivimos, no me cansaré de llorar de alegría cuando me reencuentre con muchos de mis amigos, y tampoco me arrepentiré de decir que en algún momento de mi vida me olvidaré de todos ellos.

Todos cambiamos, nos guste o no, la diferencia está en que algunos lo asumen y otros rechazan el cambio.

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