lunes, 30 de junio de 2014

Ser un Capitán no te hace mejor.

No es predicar con el ejemplo, ni tiene porque ser el mejor, ser un capitán tiene muchas ventajas, y muchos defectos.

No te diré que hacer en cada instante, pero si lo que deberías de hacer.

Jamás oirás de mi boca salir ni una sola mala palabra, pero ni que decir tiene que tengo un límite.

No tolero la injusticia, aunque la aplico a mi modo de entender la "justicia".

Soy leal, pero admito que si nada sale bien porqué seguir siendo fiel a mi mismo...

Las dificultades no hay porque superarlas con valentía, pero a veces el miedo, es la decisión mas sensata.

No hay cabida al arrepentimiento, pero rectificar es de sabios.

No te dejes nada en el tintero, pero jamás digas que no, o que si, enojado.

Con estas palabras, no solo busco robarte el corazón, pero si es mi primordial objetivo, que entiendas mi razón. No somos iguales, ni somos tan distintos, de capitán a capitán te digo; ¿acaso tus mares son mas bravos que los míos?

No negaré, ni pienso hacerlo, que los tuyos son bravos pero, ¿y los míos? ¿Acaso has olvidado todo cuanto nos hemos contado? Yo no olvido, pero si perdono, no soy un dios, pero actuaba como tal, propio de un impulso infantil. Esto no quita cuanto siento, pero si es verdad, que las miradas hablan por si solas. Y si cuando aquella noche te mentía, lo hacía como un bellaco, con los ojos, y solo los pobres de almas corruptas saben mentir con los ojos.

Tu mar y el mío, no son tan distintos, ambos bravos, y ambos duros y inflexibles, hagamos  un cambio, y hagámonos a la mar juntos. Que si el camino es largo, mas ameno será contigo.

Diario de abordo, de un pirata enfurecido.

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