jueves, 11 de septiembre de 2014

Buenos dias, de nuevo.

Contemplo el tiempo fluir en el río de la vida, inquebrantable, impasible. Con una lucha irrefrenable en mi interior, una lucha que enfrenta el dios que hay en mi, con el sangrante poco corazón que me queda.

Estoy contemplando la catastrofe de tu marcha, sin ni siquiera mover un dedo por impedirlo, cumpliendo una ilógica voluntad que salió de tu boca, una voluntad que cumplo con la unica razón de ser, de hacerte feliz, ¿quien mejor que tu misma, sabrá que es lo mejor para ti? No lo se, y no paro de preguntarmelo.

He dejado de cuestionar tus acciones, pero no he dejado de recordarte cada segundo, presente en mi pasado, presente en cada momento y presente en mi futuro, he visto tu marcha, herido, destruido, sin fuerzas para impedirlo, sin una razón mas fuerte que el amor que te profeso.

Luché contra mis recuerdos, pero sin ganas, no terminé de borrar las fotos, ni tampoco de borrar la mejor parte de nuestro pequeňo video. Ya no miro las fotos, y aun menos soy capaz de ver el video, ya no hay lagrimas que palien mi dolor, ni gesto que muestre mi tristeza, el sufrimiento va por dentro. En cada una de mis soledades, puedo sentir tus labios pegados a los mios, sentir tus dedos clavados en mi piel con fuerza, el brillo de tus ojos, en mi inmensa oscuridad. Puedo oir tu jadeo leve en mi oido. Y al abrir los ojos, me veo solo en el silencio de la noche, araňando unas sabanas que aborrezco, sudando gota a gota el odio por aquel dia fatídico en el que todo se fue a la puta mierda.

Estoy podrido, lleno de odio, contemplando un muro alto de hielo que me separa de ti, un hielo, que me llena el cuerpo de escarcha, un hielo que se acerca poco a poco a mi ardiente corazón. Frío... Escalofriante sensación, indescriptible para mi, terror... Verdadero terror me llena por dentro, y me paraliza, saco fuerzas de la pequeňa llama que aun arde dentro de mi. Aqui, al otro lado de un muro, que un dia tiré, y que ahora vuelve a separarme de ti, mas frio y fuerte que nunca, y yo, aquí, con mi voluntad de dios, tanteando los puntos flacos de este muro, el cual una vez tiré y juré tirar, tantas veces fuese necesario, en las buenas y en las malas juré estar. He renunciado a mi sangrienta armadura, y a mi mas salvaje defensa, para tirarme a pelo, a golpear el frio y duro hielo, hasta que me estalle en mil pedazos el último hálito de vida que me quede.

No se puede vivir en el pasado, pero los recuerdos es todo lo que me queda, y todo lo que la mente me ofrece, pesadillas constantes, sueňos no tan imposibles, te prometi tanto, que aun no he tenido el tiempo suficiente para cumplir consistentemente todo lo que mereces.

He oido palabras envenenadas, salir de bocas que te odian, y he seguido en mi soledad, defendiendo tu inocencia. He luchado y lucho, por lo mínino que merezco, han sido unas semanas duras, apoyandome en personas, en las que jamás pensé que me apoyaría, y maldita sea, me apoyo en ellos, gracias a ti joder... Otra vez el torrente de recuerdos... Te debo muchas cosas... Pero aun recuerdo lo unico que yo te pedi, muerto de miedo: Comunicación.

A veces es duro, compartir lo que siempre has llevado solo, con otra persona, pero yo, tarde si, me entregué por completo a ti, estoy desarmado, peleando con los puňos, muerto de frio, contra un muro de silencio, que a día de hoy, no se porque salió. Achaco todo esto, a un leve fallo tuyo, y a una estupida manera de hacer las cosas por mi parte. Yo la cagué varias veces, pero yo de ti, solo puedo reprocharte esta falta de comunicación. Estoy atemorizado, nunca pensé, y menos aquel día, que muerto de miedo te dije que estaba desnudo ante ti, que temia que el dia que te marchases, dejaras de existir en mi vida, recuerdo tus palabras de consuelo, recuerdo como estropee esa noche con mis miedos, y recuerdo tus besos, eso besos que casi consiguen borrar todas las heridas y cicatrices que hay en mi corazón.

No he sido honesto en la derrota, por dar buena imagen ante ti, sino porque como nunca me cansaré de decirte, ha sido corto, pero muy intenso, y me has hecho la persona mas feliz del mundo con lo minimo que hacias, nunca hiciste nada, que pudiese reprocharte, y aunque la gente no pare de recordarme tu pasado, yo no paro de hablarles de tu presente, ellos no pueden desmentir tus sentimientos, en momentos donde nuestras almas, se desnudaban una frente a la otra.

No lo entienden, ni necesito que lo hagan, he sido deportivo, y te he dejado marchar, volar, ser feliz, que al fin y al cabo, es lo que como pareja, y ante todo, como amigo, es lo que mas me importa para ti, tu felicidad. Y es que a veces, he desdeňado mi propia felicidad, y ante puesto la tuya sobre la mia, pero, es que, la mia, era contemplar la tuya. Era beber de ti, respirar el aire que te rodea, fundirme en ti.

No puedo olvidar, ni pienso hacerlo, he visto un cabo suelto en este final, un cabo suelto que estoy dispuesto a unir, con tiempo, si me lo permites. Aun sigo aqui, al otro lado del muro, esperando que abras la puerta, para que pueda pasar, espero que entiendas que no tengo fuerzas para derribarlo, ya he luchado bastante, y tengo numerosas heridas por ello, si te pido, que si no me vas abrir, salgas, des la cara, y uses la que en su día fue mi espada, aquella de hoja tan negra como mi interior, para rematarme.

Te quiero, y pienso congelarme al otro lado del muro, dispuesto a mostrarte como dejo morir la llama de mi interior, porque volar, lo que se dice volar no puedo a duras penas con esta ventisca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario