Hiken

Seré el disparo, la primera andanada, la llamarada que cubra esta cueva. El fuego que recorra tus heladas venas, el reconstituyente que tu frio e indiferente dolor necesita.

Arderé hasta consumirme yo mismo cual vela. Siempre supe, que los seres humanos, somos llamas que apagar, todos luchamos por arder, pero solo existen unas pocas llamas de verdad. Estrellas, iluminados, locos y locas, que abrazan al fuegos, haciendo de si mismos una llama propia luz, designamos caminos, a raiz del brillo que decidimos tener en nuestras vidas, unos eligen el rojo, la ardiente llama a la que se abrazan, la temeraria vida de perecer por tus propios ideales y esperanzas, el brillo amarillo, de aquellos que crean el peligro a donde quieran que vayan, el brillo verde, la naturalidad y el desencanto como hoja y moneda de cambio, el brillo azul, el reflejo de los miedos y la indiferencia ferrea del hielo, como hoja de doble filo.

Numerosos caminos, numerosas luces, millones de brillos. Millones de llamas que se apagan cada noche en el cielo.

Contemplo el choque de nuestras almas, aun en la distancia, puedo sentir sus poderes, abrazandose y entrelazandose mientras la atmosfera se llena de escarcha y ceniza.

El viento rugiendo, los rayos cayendo en un baile mortal, un impresionante espectaculo de fuerza de voluntad, tu autodesignada razón contra mi impulsiva autodeterminación. Un duelo mortal basado en la nada, en el vacío legal, donde las leyes habituales no tienen cabida, donde cualquier argumento queda invalidado por nuestras ideas. Una feroz batalla donde no hay ni ganadores, ni derrotados, solo daňos colaterales.

Mis heridas siguen ahi, las tuyas quise sanarlas y no me dejaste, mi intencion sigue ahi, mis llamas no han temblado en ningun momento, el rugido del que fue tu viento me acompaňa, y todos mis sentimientos, positivos y negativos, se han puesto de acuerdo. No pienso ceder ni un milimetro, como tampoco quiero mirar atras. Escondete, refugiate en el hielo, pero al final, solo quedará agua y vapor.

Portgas D Ace.